En Pozoblanco somos muy afortunados al tener multitud de personas y asociaciones que trabajan por eso que llaman el bien común y por ayudar a los más desfavorecidos. Pero no hay persona o institución que merezca más el reconocimiento de los tarugos, así lo creemos en Sociedades Binarias, en este año que el sacerdote Antonio César Fernández. Porque una cosa es ayudar a los demás y otra bien distinta hacerlo hasta incluso dar la vida si hiciera falta sabiéndote amenazado desde hace años.
Ningún otro como Juan Bautista Escribano describió su carisma:
"Como los grandes campeones, ha cruzado la meta en solitario. Este César no conquistó Las Galias. Ni protagonizó jamás una entrada pomposa en su pueblo tras salir victorioso en alguna de sus hazañas en África. Ni precisó a un semejante soplándole en la oreja aquel: “Recuerda que eres un hombre”. Ni lució en su cabeza corona alguna de laurel ni en su pecho ninguna medalla… Le bastaba un crucifijo colgado de su cuello, para que no hubiese la menor duda de en nombre de quién caminaba, tratando solo de hacer el bien, por aquella tierra tan distante de la que le vio nacer."
Descanse en paz, y que su memoria nos sea recordada eternamente.
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