Que en este país ya no es sólo la justicia la que es un cachondeo lo pone en evidencia el día a día sin necesidad de pepinazos de por medio. Anda el personal saliente -unos cachondos, tú- diciendo que éstos que llegan van a meter la tijera y nos van a dejar el traje más corto que las mangas de un chaleco, que nos vamos a enterar de lo que vale un peine, que va a haber más recortes que en un trabajo a ordenador de un alumno de Secundaria. Y digo yo, para qué han llegado los unos y salido los otros entonces, ¿para seguir despilfarrando?, ¿para dejar las cosas como están?, ¿para que todo cambie sin que cambie nada?, ¿para que nos rescaten dentro de un par de meses por no aplicar las medidas correctoras adecuadas? En algo se tendrá que notar, ¿no? ¿O es que acaso cree alguien que todo se va a solucionar con talante y buenas intenciones? Porque esto nuestro lo tendrá que arreglar alguien, con tijera, con hilo, con aguja o con lo que haga falta. Aunque le incendien la calle y le decoren los muros con proclamas propagandísticas.
Churchill a lo que hacía falta lo llamó, sangre, sudor,lágrimas y trabajo. Desgraciadamente, ninguno de los que entran es Churchill. Afortunadamente, tampoco ninguno es Zapatero.
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