Siempre me pasa lo mismo.Cada vez que alguien, normalmente antiamericanos anticapitalistas convencidos, escriben o dicen por ahí que no se puede imponer la democracia a los pueblos me acuerdo del Franquismo y cómo estos mismos suplicaban la intervención extranjera para derribarlo.
Como si la democracia liberal fuese un ogro o una hidra de diez malignas cabezas. Como si hubiera sistema de gobierno mejor. Como si hubiera personas de primera y segunda categoría. Como si la libertad para elegir gobernantes fuera derecho exclusivo de estúpidos y colonizadores ciudadanos occidentales.
Como si la libertad fuera otra cosa que un fin en sí misma.
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