Antes de que alguien hubiera escrito en la blogosfera siquiera una coma sobre el comportamiento dictatorial de Baldomero García en el pleno de ayer, yo ya había escrito once renglones cibernéticos. A las 23:57. Porque no todos somos iguales aunque el ladrón crea que todos son de su igual condición.
Uno está dispuesto siempre a recibir lecciones de quien o quienes puedan proporcionárselas, pero de nadie más. Y es que por aquí hay últimamente mucho profe sobrevenido que ha adquirido recientemente el pedigrí en un todo a cien asiático en tiempo de rebajas.
¡A mí con ésas!
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