No duermo, no duermo. Hay una frase que golpea mi cerebro a cada segundo y me transtorna más que un gol campeón de Cristiano Ronaldo en una final de championlí contra el Barça: "A Pozoblanco le da igual quién esté en la oposición o quién tiene mayorías". Miedo da la frase, pues ¡fascista y filoautoritaria al modo Bildu es! Dicen. Y yo, ser crédulo y confiado, vivo sin vivir en mí desde el mismito momento en que me lo comunicaron. Porque la frase tiene tela...azul mahón. Como buena parte de lo que se avecina en política nacional a cargo de los herederos de los asesinos de Lorca. Así que presto el radiocasete a elevar al viento la Internacional y ¡Ay Carmela! a tropecientos decibelios, arrugada he sacado mi camisa roja revolucionaria del armario y me la he insertado como bayoneta francesa en cuerpo de español. Lástima de los pins del glorioso Ejército Rojo que compré en un mercado negro de Budapest en 1990 y ahora no encuentro por parte ninguna.
Después, he gritado -sin molestar- media docena de veces ¡No pasarán! hasta que me he sentido como debe sentirse un hombre orgulloso de sus convicciones igualitarias y libre.
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