
Atravesar el bulevar es una auténtica odisea. El pavimento levantado, artilugios por todos sitios, obreros de aquí para allá... Lo normal cuando se está de obra, vamos. Pero en todos sitios cuecen habas, mismamente en New York. Desgraciadamente, por aquí no tenemos trovadores de tanta enjundia que inmortalicen el espacio y el tiempo.

No hay comentarios:
Publicar un comentario