A pesar de que ni está ni se la espera y que hasta el Público del trotskista Roures se ha atrevido a cuantificar la insignificancia, Franco está presente. Pero no para los nostálgicos del yugo y las flechas y la camisa azul, qué va, sino para los del otro lado de la carretera, que no dudan en subirlo al caballo después de llevar cuatro décadas muerto cual Cid Campeador para seguir contando y ganando batallas.
Lo peor de todo esto es que la pintada seguro ha sido confeccionada por un chico que no pasa de los quince, que desconoce quién fue Adolfo Suárez y que se cree que la Transición es un concepto deportivo que relaciona la defensa con el ataque. No debe ser casual, por otra parte, que la pintada decore el testero de un centro educativo, pues se aprende por imitación. Ya es conocido: ¡Fuera fascistas de la Universidad!
No hay comentarios:
Publicar un comentario