No comparto todo lo que escribe en este artículo el antiguo profesor de Alfonso Guerra y Felipe González y a la sazón antiguo dirigente pesoísta, pero todo lo que piensa Lazo capta mi atención y me induce a un reflexivo análisis. En esta ocasión, me quedo con esta párrafo: Sin libros, sin periódicos, sin familia educadora, sin Iglesia, la última salvación son los profesores. Sobre ellos pasa a recaer una tremenda responsabilidad: junto a la enseñanza de las ciencias y de las letras, convertir el aula en un centro de moral, empezando por la buena educación.
En los tiempos que corren y con el sistema educativo que tenemos, casi nada nos pide el maestro.
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