Si el camino verde llevaba a la ermita, el camino rojo lleva a la memoria selectiva, a esa que entre otras cosas considera que declararse antifranquista excluye ser un totalitario.
Desconozco si por el trayecto serán homenajeados, además, la CNT y la FAI, Carrillo, Stalin y la Komintern y si serán explicitados y cuantificados los logros de algunos de estos ahora considerados héroes. Muchos ya dijimos que esto de la desmemoria era un quítate tú pa ponerme yo.
Una cosa me pregunto: de seguir vivo, ¿qué diría Besteiro del citado camino-homenaje?
(Coda: "Estamos derrotados nacionalmente por habernos dejado arrastrar por a la línea bolchevique, que es la aberración política más grande que han conocido quizás los siglos. La política internacional rusa, en manos de Stalin y tal vez como reacción contra un estado de fracaso interior se ha convertido en un crimen monstruoso...[...]
No es pues fascista el ciudadano de la República, con su rica experiencia trágica. Pero tampoco es, en modo alguno, blochevique. Quizás es más antibolchevique que antifascista, porque el bolchevismo lo ha sufrido en sus entrañas, y el fascismo no". P. de Blas Zabaleta y Eva de Blas, Julián Besteiro, Madrid 2002, página 398.)
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