El PSOE sufre desde hace tiempo una galopante crisis de identidad que se ha visto acentuada hasta alcanzar la esquizofrenia al darse de bruces con los resultados de la pasada cita electoral. No se han salvado de la neurosis aguda ni los gestores del blog oficial de los pesoístas de Villanueva, gente casi siempre seria y documentada que maneja con solvencia los argumentos. Porque, vamos a ver, si la gente quiere más izquierda, ¿por qué no vota en masa a I.U. hasta que quede hinchada al borde de la explosión? ¿Acaso no es IU la izquierda de la Izquierda? ¿Por qué esos casi dos millones de votos perdidos no los ha encontrado todos Cayo Lara? ¿Y qué decir aquí en Pozoblanco de los apoyos a Manuela Calero?
No, la gente no quiere más izquierda -en pleno siglo XXI, concepto etéreo donde los haya- sino otro PSOE más eficaz y menos diletante. Más clásico que posmoderno, más sólido que gaseoso, más socialdemócrata que socialista. Más Palme que Pettit. Más Felipe que José Luis. Para entendernos e ir concluyendo, más González que Zapatero.
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