Las despedidas siempre dejan sabores agridulces, pero por lo general unos acaban enmascarando a otros. Ángel ha anunciado que se va defendiendo su gestión al frente de las concejalías de servicios sociales e inmigración, que ahí queda, y nadie debe reprochárselo, está en su derecho. Y desde mi punto de vista, lo ha hecho de manera convencida, honesta, serena y elegante. Dulce.
A pesar de esas discrepancias que según dice no han sabido resolver dentro del partido, estoy convencido que seguirá votando al PA, -su corazón jamás aceptará otra cosa- y que va a cumplir con responsabilidad y trabajo en su labor como concejal hasta el último momento del último día de su compromiso.
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