La gente se ha quedado con que Benito García, en el último pleno, echó un mitin que no venía a cuento y que con ello desperdició su turno en el punto de ruegos y preguntas. Yo creo que fue bastante más que un mitin. Fue la constatación de que Benito sigue siendo mucho más pesoísta que muchos de los pesoístas que han quedado en la agrupación local. Y es que a Benito se lo cargaron sin haberse saltado una coma del guión que impone la sumisión a la jerarquía del partido y a sus consignas ideológicas. Con la que está cayendo en el PSOE y haciendo trizas la idea de que el CDeI es un partido ideológicamente plural, esas referencias a la trama Gürtel y al afortunado Fabra de su discurso/mitin lo delataron ante todo aquel que quiso escucharlas como un nostálgico del puño y la rosa y que lo mismo suponen un ataque a la derecha pepera que él se encargó de aupar al poder como constituyen un guiño cómplice a la hermandad de la izquierda advirtiéndole a qué lado de la raya se encuentra su trinchera.
Lo peor para él y su partido es que, con estas formas de encauzar y pluralizar su nuevo proyecto, se me antoja que su techo electoral va a estar determinado por la cantidad de nostálgicos que sea capaz de convencer para que lo voten.
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