miércoles, 10 de noviembre de 2010

Amor por lo pseudo

Entrada Adroches y el amor, del blog Solienses



Ah, la Ciencia con mayúscula. Con sus métodos, teorías y leyes. Qué fácil resulta diferenciarla de su hermana bastarda la pseudo, ¿verdad? De ahí su prestigio, su influencia y, cursilada va, que todas las demás ramas del conocimiento humano estén como locas por adquirir sus atributos sustantivos.

Anda Don Antonio Merino cabreado porque el dinero público -para entendernos, las susodichas subvenciones- se destina a actividades exóticas. Y no digo yo que no le falte razón estando el INEM y el SAE como están, pero a cuento de esto me pregunto yo cuánto dinero de ése que no es de nadie sino de todos habremos destinado a sufragar ciento por ciento actividades pseudoartísticas, pseudoculturales y pseudohistóricas sin que nadie haya puesto el grito en el cibercielo.Porque, en esta comarca nuestra, a excepción de los genuinos pseudoperiodistas, se lo han llevado calentito que lo flipas pseudos de todos los pelajes y castas.

En fin, alguna ventaja tendrá que tener el Arte sobre la Ciencia, ¿o no? Pues eso.

P. D.: Si aún hay alguien que no se ha enterado de que las subvenciones, como dejara escrito Bertrand de Jouvenel, no son otra cosa que la transferencia de renta del ciudadano al Estado para que éste disponga de ella de manera arbitraria que le pregunte a Rafael Velasco.

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