Con precisión suiza, el pleno duró lo que tenía que durar, ni más más ni más menos. Llegado San Juan para certificar el deceso, lo hizo y quedó poco. ¿Y qué había de quedar de un pleno que los corporativos -según se supo, no todos, pero sí de todos lados-, se habían encargado de devaluar? Acaso las excesivas formas de Emiliano, la excelente teoría pero imperdonable praxis del discurso de Serafín, los cada vez más inanes y enervantes circunloquios de Baldomero y la preparación de los plenos de Manuela de IU, la única fuerza de la Oposición a la que aún le queda fuelle, porque las demás parecen estar exhaustas de librar tantas batallas internas y necesitadas de la revitalizante trasfusión sanguínea. Ante tanta demostrada hipotensia, no es extraño que apareciera requerido por alguien la necesidad de un desfibrilador aunque Benito también lo reclamase para otro menester a propósito de una supuesta subida de tensión arterial en el portavoz del PA.
Espero, al menos, que los corporativos muñidores del adelanto hayan disfrutado con el fútbol practicado por el Barça, aunque conociendo la filiación balompédica de algunos de ellos supongo que se habrán llevado otro gran disgusto debido al resultado.
P.D.: Como lo que en verdad importaba era el fútbol, he colocado una foto del Barça-Madrid para abrir el post. Procedía.
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