Caigo en que la metáfora puede ser pretenciosa. Sé que D. Fernando no era perfecto, ¿quién en este mundo lo es? Y que tenía casi tanto genio como corazón. Pero yo lo quería mucho, como lo quería muchísima gente. Don Fernando era una persona diferente, una de esas personas especiales que tanta buena huella dejan y tan necesarias son. Jamás desfallecía por complicado que fuera un problema.
Se merecía esta calle.
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Reportaje fotográfico, en la web de Punto Radio.
Calle Fernando Santiago
P.D.: ¿Sabes, Antonio? Uno nunca se puede venir abajo por tener este o aquel problema. Te digo que si el problema se puede resolver, no es problema. Y si no se puede resolver, ¿por qué preocuparse entonces por lo que no tiene solución?
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