España es un país de letras; la ciencia está acosada. Carlos Elías
Aseguraba Luis María Anson hace algún tiempo en la revista El Cultural que buena parte de la mejor literatura actual estaba escrita por científicos y que ninguna persona puede llamarse culta si desconoce quiénes son Heisenberg, Barluenga, Feynman, Bohr, Salas, Barbacid, Dirac o Hawking.
Anteayer domingo, Michio Kaku, catedrático de Física y coautor de la Teoría de cuerdas, afirmaba en El Mundo que la ciencia -al contrario que el sector financiero, que masajea el dinero- es la que crea la riqueza de este mundo y que sólo los países que invierten en ella tendrán ganado el futuro. Por eso en un país como el nuestro donde escasean los estudiantes de disciplinas científicas -mal que afecta a casi todas las naciones- experiencias como la Semana de la Ciencia, puesta en práctica por el Departamento de Física y Química del IES Antonio María Calero, deben tener el reconocimiento y todo el apoyo institucional que sin duda merecen.
(Coda:"La paradoja que define el mundo actual es que cada día dependemos más de la ciencia y la tecnología, cada día la ciencia sabe más cosas y nos explica mejor el mundo, pero también cada día la gente siente menos aprecio por ella. Cualquier chaval se sabe todos los jugadores de la liga inglesa de fútbol. Leen y releen sus biografías. Los medios de comunicación occidentales los ponderan como héroes. Pero ningún adolescente conoce algo de algún científico. Los desprecian: piensan que sus vidas son aburridas y decepcionantes en comparación con las de cantantes o futbolistas"). La razón estrangulada, Carlos Elías.
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