Para que mis alumnos se hagan una idea de la enorme magnitud del Número de Avogadro, les suelo proponer un ejercicio muy simple. Se trata de que calculen el tiempo que necesitarían para contar un conjunto de objetos suponiendo que son capaces de contar mil de sus elementos por minuto.
Este año, voy a empezar a tomar como ejemplo de enormidad los artículos que hay en los estantes del nuevo megaestablecimiento chino que
acaba de inaugurarse en Pozoblanco. ¡Madre mía de mi vida cuánto cachivache junto!
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