"Se comprobó que antes de morir habían sido torturados de una manera salvaje, como lo demuestra el hecho de que los cuerpos presentaran grandes contusiones y hematomas en el abdomen, que parecía estar hinchado y deformado.(…) Uno de los cadáveres muestra claramente que este fue colgado por los pies. La cabeza y el cuello tenían una tonalidad extremadamente violácea. La cabeza de otro de estos desgraciados camaradas jóvenes tiene marcas evidentes de culatazos de fusil". Katia Landau, explicando cómo unos jóvenes anarquistas fueron torturados, mutilados y asesinados por los comunistas. La sombra del NKVD proyectada en España, El libro negro del comunismo.
Para que ciertas jornadas fueran en verdad rigurosas y creíbles deberían ejercer la memoria de manera mucho menos propagandística e infinitamente menos sectaria. Para corregir o evitar estos execrables vicios, por ejemplo, podrían tratar sobre las persecuciones y asesinatos que se produjeron dentro del mismo frente populista. Pero eso no va a suceder jamás, pues entre los objetivos de tales jornadas no se encuentra la búsqueda de la verdad que deje a cada cual en su sitio.
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