"Exterminad a los homosexuales y el fascismo desaparecerá". Máximo Gorki.
Tengo un amigo al que le encantan, en fondo y forma, los artículos de Manolo Saco. A mí, por lo general, me gustan bastante poco por no decir nada. Tan poco me gustan, por sectarios, manipuladores y por segregar odio a espuertas, que a su autor lo denomino El tío del saco. Y no porque me produzca miedo, qué va, sino porque me encantan los juegos de palabras fáciles.
Anda Saco -¿quién será Vanzeti?- liado ahora con el odio que le tienen los conservadores a los homosexuales, con cuestiones genéticas homófobas relativas a los reaccionarios y recordando las leyes de vagos y maleantes franquistas. O sea, lo propio en él y en los de su casta y secta: malo derechón homófobo fascista contra bueno progresista respetuoso izquierdista.
Escribía yo unas líneas más arriba que este tío me mete poco miedo. Y escribo ahora que este tío lo que me produce en puridad es una vergüenza ajena que no se pue aguantá; alipori, que dirían los leídos y estudiados. Porque hay que tener la jeta como el diamante para mentar las dictaduras diestras y las genéticas homofóbicas cuando se trabaja para un medio de filiación comunista dirigido por un millonario trotskista.
[Y] Marx describía a los autores que despuntaban por su promoción del amor libre como "estúpidos maricones".
P.D.1: ¿Por qué expulsaron a Pier Paolo Passolini del Partido Comunista italiano?
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