Lady Gaga es la Gary Glitter con tacones de aguja y sostén del Siglo XXI. De momento, su provocación de parvulario le sirve para acaparar portadas de las revistas de tendencias, ser la comidilla del moderniqueo petarda de toda edad y confesión, multimillonaria en youtube y suceder a la carroza de Madonna como máximo ícono pop femenino.
Aun así, me da a mí que la aristocracia indie todavía no la toma demasiado en serio. Por más o menos lo mismo, a la Ciccone ya se le habian rendido a sus pies -vale la comedia- totems como Sonic Youth y Teenage Fanclub.
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