Fue mentar Emiliano lo de la multa de más de tres millones de euros (> 3.000.000 euros) por no sé qué historias irregulares del microembalse y caer una bomba política de dimensiones nucleares sobre el salón de plenos. El maremoto causado ahogó, a tenor del rictus de sus caras y el tono de sus voces, a casi todos los que gallardeaban a propósito de la sentencia final de la alineación y aunque desesperadamente, y ya sin aire que respirar, intentaban asirse al recurrente salvavidas, el naufragio fue de los que hacen época.
Puede que al final se produzca el rescate submarino, puede que no sea tanta la radiación como la pintan, pero aunque así ocurra, a algunos más le valdría dejar de surcar aguas procelosas y no hacer más daño a los que tienen que intentar poner de nuevo las naves a flote (y está muy bien escrito el plural).
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