Lo que pasa es que van disfrazados, camuflados. Infiltrados en los sindicatos de clase, usurpando siglas heroicas y colores libertarios. Pero no engañan a nadie: su falta de respeto a las personas y a las instituciones son más que evidentes; no hay duda de que son fachas, facistas, ultraderechistas.
Cuidado con esta derecha, achtung, que viene a por nosotros.
P.D.:Jeje, esto de la ultraderecha es un güevo de divertido. Yo por lo menos me lo paso pipa.
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