Diferencias.
La que va de El Plural a El Mundo. La que va de un futuro a un condicional. La que va del deseo personal a la imposición administrativa gubernamental. La que va de respetar, explicar y argumentar para convencer a obligar.
Uniformes escolares
Muchas cosas a favor de una u otra opción
05/10/06 | Antonio Jimeno Márquez. Plaza Pública.
No nos ponemos de acuerdo los amigos -y las amigas- cuando hablamos de la conveniencia o no de que los nenes -y las nenas,¡Jesús qué cruz de lenguaje de género!- vistan uniforme en las escuelas. Ni los amigos...ni la familia más cercana.
Algunos de ellos sostienen que los uniformes son una manera de reverdecer estigmas paternales de un pasado escolar que no siempre fue feliz, recuerdos de un modelo adoctrinante que favorecen la clasificación de los ciudadanos en clases sociales, que son una forma de distinción añeja, carcunda y elitista, que coartan la libertad de vestimenta, por tanto de expresión, y que además son caros, incómodos y nada queridos por los chavales, que al vestirlos se consideran parte de una especie en vías extinción, en dos palabras: bichos raros.
Los otros comentan que representa y consigue todo lo contrario.A saber: la negación de las clases sociales vía igualitarismo socializante, la segura derrota del marquismo, la renuncia a lo obsceno de la ostentación gratuita, un descanso para el bolsillo y la posibilidad más eficiente de acabar con la a veces difícilmente tolerable vestimenta inadecuada de buena parte de la juventud que, y sobre todo en los alumnos de secundaria, roza el pésimo gusto, el desprecio por las más básicas normas sociales y la desvergüenza.Además de que reducen el riesgo de violencia escolar y crean un ambiente positivo y productivo para el aprendizaje
A mí, que todos los razonamientos antes expuestos me parecen coherentes y ajustados a la realidad, ni me parece bien ni mal...sino todo lo contrario, que diría aquél: ni lo defiendo ni lo demonizo, aunque por coherencia, como defensor de los derechos individuales bien entendidos y a pesar que tengo muy claro que aceptar según qué normas en nada se agrede esa libertad útil y necesaria que defendemos y a todos nos beneficia, me pronuncio, de manera suficiente, en favor de la libre elección de vestimenta.
Supongo que será porque siempre he defendido el derecho a ser diferente. Digo yo que será por eso.
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