Para Finkielkraut. Y menos lo será el pergeñado por adolescentes. Se hace necesario volver a La derrota del pensamiento, pero no será en este sábado noche en el que el cuerpo me pide una marcha que no le daré.
Si yo tuviera veinticinco años menos, en una noche como ésta, se iba a acordar de Finkielkraut, con perdón, su señora madre.
Vengan esas guitarras juveniles y señoritingas en honor de Cheap Trick.
P.D.: ¿Saben cuál es el colmo de un filósofo que ningunea culturalmente el rockandroll? Exacto, que un grupo que practique dicho género musical adopte su apellido como nombre.
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