Estuvimos en el circo el viernes, guarecidos de la lluvia bajo la pequeña carpa de lona, sentados al lado de varias goteras. Tras una desgraciada descarga eléctrica -eso se nos dijo-, devinieron un apagón y unas voces preocupadas entre bambalinas. Pero el espectáculo, como la misma vida, tenía que continuar...
Siempre que voy al circo salgo con la misma sensación de tristeza.
Siempre que escucho Mr Soft me invade la sensación de estar presenciando un número circense a cargo de los hermanos Cockney Rebel con Steve Harley de director de pista.
¡Qué grande debió ser el circo!, tal vez el mayor espectáculo de su tiempo ¿Qué grande fue, es y será Psychomodo!
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