Vaya que sí, se están engominando los parques infantiles, como es sabido, una vieja reivindicación de mi amigo Domingo Reina. O sea, se está sustituyendo la grava por caucho, para que nuestros hijos disfruten de suelo limpio y seguro y para que los padres estemos más tranquilos por su salud e higiene y satisfechos por cómo se gastan los dineros públicos.
Ya, ya. Ya sé que muchos no compartirán mi opinión, asegurando que esto de cauchutar los parquecitos de nuestros nenes es un dispendio, un derroche, y que hay otras cosas que arreglar en este pueblo mucho más necesarias y más urgentemente. Pero eso seguro que lo dicen los que piensan que acabar con la Fundación Aurelio Teno ha sido un ultraje a la cultura y a la modernidad. Los mismos, mire usted qué coincidencia, que por detalles como éstos de los parques engominados pueden permanecer otros cuatro años en la oposición.
De posdata, una foto.
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