Que cada vez más las pelis para niños están realizadas también para sus padres es algo que creo nadie que haya acompañado últimamente a sus hijos a cualquier sala puede discutir. Porque, a ver, ¿qué chico de ocho a diez años que haya ido a ver la secuela de la exitosa Perros y gatos ha advertido las referencias a Goldfinger y a El silencio de los corderos que hay en ella?
De manera inevitable, a los papis el tema de comienzo nos recuerda a la Shirley Bassey del cameo con los Propellerheads tanto como la gatita despechada a los frenéticos Pussy Galore del explosivo Jon Spencer.
Y luego está ese Anibal Lecter gatuno que responde al nombre de Miguelito que sugiere una tercera entrega en no más de dos temporadas. Al tiempo.
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